Aunque el cambio climático es uno de los mayores riesgos actuales, comprender su impacto en las empresas es un desafío. El análisis de escenarios climáticos (CSA, por sus siglas en inglés) es una herramienta clave para identificar los riesgos y oportunidades climáticas más importantes para su organización, y sus resultados pueden guiar su plan de transición climática. A continuación, Omer Farooq, experto en riesgos climáticos de EcoAct, ofrece una explicación sobre qué es el CSA, por qué es importante y cómo utilizarlo estratégicamente en su organización.
Evaluar los riesgos del cambio climático implica comprender cómo su empresa se desempeñará en un contexto de calentamiento global con bajas emisiones de carbono en comparación con uno con altas emisiones. El análisis de riesgos climáticos se basa en cómo pueden evolucionar diferentes factores físicos y económicos en distintos escenarios climáticos (exposición), así como en la vulnerabilidad del negocio ante estos cambios.
El análisis de escenarios climáticos (CSA), clasificado por el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés), se divide en dos tipos:
El riesgo físico se evalúa principalmente a nivel de ubicaciones específicas como oficinas, proveedores, fábricas o centros logísticos, analizando posibles peligros climáticos como olas de calor o inundaciones. Este análisis ayuda a cuantificar el riesgo financiero potencial debido al cambio climático. Es importante examinar los puntos clave de la cadena de suministro para entender completamente estos riesgos y desarrollar medidas de adaptación, que podrían incluir soluciones de climatización, defensas contra inundaciones u opciones extremas como el cambio de ubicación o proveedor.
El riesgo de transición se refiere a los desafíos que enfrenta su negocio a medida que el mundo avanza hacia una economía con menos emisiones de carbono. Estos riesgos y sus impulsores varían según los sectores y las regiones donde opera, así como las interacciones con otros sectores y países. A diferencia de los riesgos físicos, los riesgos de transición se evalúan principalmente a nivel nacional, lo cual se complica en un entorno empresarial globalizado, donde se deben considerar los riesgos tanto en el país de origen como en otros donde la empresa tiene operaciones, clientes o proveedores. El análisis de riesgos de transición mediante CSA es un proceso eficiente para estimar la magnitud de estos riesgos en diferentes escenarios climáticos. Una vez identificados los riesgos y oportunidades clave, se puede realizar un análisis más detallado para desarrollar medidas que reduzcan los riesgos y aprovechen las oportunidades disponibles.
El CSA es una herramienta crucial para que las empresas identifiquen de manera eficiente y sistemática los riesgos y oportunidades asociados al clima. Constituye un elemento fundamental para su estrategia global y contribuye a fortalecer la capacidad de adaptación empresarial. Una estrategia climáticamente robusta ofrece confianza a los inversores, lo cual puede resultar en ingresos más consistentes y una valoración empresarial más alta.
Según el sector y la geografía, los inversores pueden valorar en gran medida la resiliencia climática de un negocio, siendo el CSA un componente esencial de la estrategia climática. Por ejemplo, la empresa energética danesa Ørsted anunció en 2009 una estrategia de transición de combustibles fósiles a energías renovables, logrando completar esta transición con éxito y mejorando su valoración a lo largo de los años. Aunque la valoración de Ørsted ha enfrentado recientemente contratiempos, estos han sido principalmente impulsados por factores políticos más que estratégicos.
Además de los impactos financieros, el CSA desempeña un papel crucial en los requisitos globales de reporte. En el Reino Unido, está impulsado por las Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (CFD, por sus siglas en inglés) y el TCFD requerido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés), y en la UE por la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD). A nivel mundial, el CSA es requerido por el International Sustainability Standards Board (ISSB, por sus siglas en ingles), que ha estandarizado los marcos de reporte de sostenibilidad con los IFRS S1 (sostenibilidad) e IFRS S2 (clima). Un CSA bien desarrollado con análisis sólidos y brechas identificadas resistirá mejor el escrutinio de inversores y reguladores.
1.Identifique sus riesgos y oportunidades relevantes
Comience por identificar los riesgos y oportunidades en toda su empresa y cadena de valor. Esto puede abarcar desde la ubicación de sus proveedores hasta el contenido de carbono de los materiales que importa de otros países. Cuanto más exhaustiva sea la investigación de materialidad, mejor será la calidad del CSA.
Al analizar los riesgos físicos, puede utilizar herramientas de escenarios climáticos para evaluar ubicaciones clave. ECLR, la Plataforma de Riesgo Climático de EcoAct, analiza la vulnerabilidad de los sitios físicos de las organizaciones frente a los peligros del cambio climático, facilitando la identificación y priorización de medidas de mitigación y adaptación.
Dada su complejidad, analizar los riesgos de transición puede requerir diversas metodologías, herramientas y enfoques. El precio del carbono y la energía siguen siendo riesgos importantes de transición y pueden estimarse fácilmente en diferentes escenarios climáticos utilizando la Herramienta de Precios de Energía y Carbono de EcoAct. Sin embargo, la complejidad y la variedad de riesgos de transición a lo largo de la cadena de valor requieren un enfoque más personalizado. Esto subraya aún más la importancia del ejercicio inicial de materialidad y la participación de los grupos de interés.
2.Cuantifique el impacto de los riesgos y oportunidades.
Una vez identificados los riesgos y oportunidades clave más relevantes para su organización, es crucial cuantificar su impacto para entender cómo afectarán las proyecciones financieras del negocio. Aquí es donde el CSA se vuelve especialmente útil en el proceso de desarrollo estratégico de la empresa.
Al entender y cuantificar su exposición y vulnerabilidad a los riesgos y oportunidades climáticos, se pueden desarrollar estrategias que ayuden a contextualizar inversiones y costos. Esto permite a las empresas tomar decisiones estratégicas sobre cómo reducir las emisiones de carbono y adaptarse al cambio climático. El CSA ofrece un respaldo basado en evidencia para actividades de descarbonización, mitigación y adaptación, haciendo que la transición hacia una economía baja en carbono sea tanto un deber ético como una oportunidad para mejorar el desempeño financiero.
Algunas empresas pueden considerar el CSA como un requisito de reporte, mientras que otras lo pueden ver como un ejercicio puntual para comprender su exposición actual. Sin embargo, las mejores prácticas para una estrategia resiliente al clima requieren un proceso de desarrollo estratégico donde el clima sea una consideración esencial. Un CSA a nivel de grupo puede ser útil para identificar riesgos y oportunidades importantes de manera general, pero las consideraciones climáticas deben integrarse en toda la empresa.
Al integrar el clima en las estructuras de gobierno, roles, responsabilidades, métricas, objetivos y remuneración, garantizamos que los riesgos y oportunidades climáticos sean gestionados activamente en todos los niveles de la organización, al igual que los riesgos más críticos del negocio.
Los resultados de un análisis de escenarios climáticos guían el plan de transición climática para mitigar, adaptarse y transformar. Las empresas deben mostrar cómo abordarán riesgos y oportunidades climáticos para cumplir sus metas. Los planes de transición climática son esenciales para desarrollar un camino robusto y divulgar información al respecto.
Los servicios especializados de EcoAct en análisis de escenarios climáticos, descarbonización, desarrollo estratégico y reporte climático pueden asistir a su empresa en cada fase del camino hacia la transición climática.