2022: es hora de pasar a la acción climática

Después de un 2021  complicado, lleno de intenso trabajo y tras retomar la actividad económica después del COVID-19. Stuart Lemmon, director general de EcoAct, analiza la agenda climática de este año. Además, en vísperas de publicar nuestro sexto “Estudio anual sobre la acción y divulgación climática de las grandes empresas”, Stuart Lemmon nos habla sobre ...

Stuart Lemmon

18 jul 2022 9 minutos de tiempo de lectura

Después de un 2021  complicado, lleno de intenso trabajo y tras retomar la actividad económica después del COVID-19. Stuart Lemmon, director general de EcoAct, analiza la agenda climática de este año. Además, en vísperas de publicar nuestro sexto “Estudio anual sobre la acción y divulgación climática de las grandes empresas”, Stuart Lemmon nos habla sobre cómo espera  que las organizaciones conviertan sus promesas de cero neto en acción climática.

Stuart Lemmon calls for climate action
Director general de EcoAct, Stuart Lemmon

 El año 2021 supuso un reto en muchos sentidos: desde condiciones climáticas extremas y problemas en la cadena de suministro, hasta nuevas variantes y restricciones del COVID-19. Pero, a pesar de ello, fue un año importante para el clima.

“Llevo trabajando en el sector durante más de 25 años y, por primera vez,  sentí que no tengo que defender la lucha contra el cambio climático ni explicar por qué necesitamos actuar con urgencia. Al contrario, el cambio climático constaba como uno de los temas fundamentales a tratar, la ciencia climática aparecía en los principales medios de comunicación y las organizaciones de todos los sectores acudían a nosotros para averiguar qué pueden hacer para calcular y reducir sus emisiones.”

Actualmente, nos encontramos en el ecuador de 2022 y en EcoAct estamos trabajando para sacar a la luz nuestro informe más emblemático sobre cómo las empresas están progresando con respecto a la acción climática. A continuación, damos algunas pinceladas de lo que esperamos encontrar:

Ciencia climática en 2022

Hemos comprobado que la ciencia climática se toma por fin en serio y que las organizaciones de todos los sectores están cada vez más dispuestas a comprometerse con ella. La publicación del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (más conocido por sus siglas en inglés, IPCC), en agosto del 2021, conmocionó al mundo con su dura advertencia de «código rojo» para la humanidad. El informe contribuyó a consolidar un cambio cultural significativo del que hemos sido testigos en la COP26, donde ya no debatíamos sobre si el cambio climático era real, sino que se recurrió a la ciencia climática para empezar a buscar soluciones.

Por otro lado, el pasado 4 de abril, el IPCC publicó el último capítulo de su Sexto Informe de Evaluación (IE6). El tema principal fue la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que representa la actualización más significativa en ciencia climática sobre este tema desde 2014. El nivel actual de emisiones GEI (dióxido de carbono, metano, etc.) es el más alto en la historia de la humanidad. En realidad, nos encontramos muy lejos de poder cumplir con el Acuerdo de París, cuyo objetivo consiste en limitar el calentamiento global a 1.5ºC para finales de siglo, en comparación con la era preindustrial (~1850). En la actualidad, la tendencia avanza hacia los 3.5ºC.

Además, el crecimiento del PIB en los principales sectores económicos (manufactura, energía, transporte, agricultura y edificación), así como el aumento de la población son las principales causas del incremento de las emisiones de CO2. A pesar de las mejoras, la intensidad energética del PIB y la intensidad de carbono en el uso de la energía, estamos lejos de poder compensar estas emisiones. El 10% de los hogares más ricos son responsables del 40% de las emisiones, mientras que el 50% más pobre sólo representa el 14% de las mismas. No obstante, se vislumbran una serie de soluciones que involucran a todos los sectores: la sociedad, la energía y las ciudades representan el corazón de la descarbonización.

Ahora bien, como podemos observar, el 2022 está destinado a ser un gran año para la ciencia climática, y el IPCC también prevé publicar su Informe de Síntesis antes de la COP27. Lo cierto es que la urgencia del cambio climático continúa latente y disponemos de un tiempo limitado para actuar. Sin embargo, tenemos la esperanza en que la ciencia climática pueda guiar y ayudar tanto a los gobiernos como a las empresas a evitar los peores impactos del cambio climático. Esto solo puede ser posible trazando un camino basado en el conocimiento científico que tenga como objetivo alcanzar las cero emisiones netas para 2050.

Convirtiendo promesas en acción climática en 2022

El 2021 fue sin duda el año de las promesas climáticas, con un gran número de países y organizaciones estableciendo objetivos de cero emisiones netas. 67 regiones, 1049 ciudades, 5235 empresas, 1039 instituciones educativas, 441 instituciones financieras y más de 3000 hospitales se unieron a la “Race to Zero” (Carrera hacia el Cero) de la ONU. Además, se comprometieron a reducir las emisiones a la mitad de aquí a 2030 y lograr el cero neto para 2050. Sin duda, es crucial que este año dicha intención se convierta en acción.

Gobiernos

Uno de los resultados más significativas de la COP26 fue el Pacto Climático de Glasgow. Esta decisión final, que adoptaron las 196 Partes del Acuerdo de París, reafirmó el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a muy por debajo de 2°C (y, a ser posible, por debajo de 1,5°C) por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, el Pacto reconoció que las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) están lejos de alcanzar esta meta. El objetivo de 1,5°C requiere que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se reduzcan en un 45 % para 2030, en comparación con los niveles de 2010, pero las NDC actuales ascienden a un aumento del 14 % de los GEI. Por lo tanto, la Presidencia de la COP instó a las Partes a que revisaran y reforzaran los objetivos de 2030 en sus NDC, según sea necesario, para alinearse con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París para finales de 2022. A partir de ahí, las Partes deberán actualizar sus NDC cada cinco años de acuerdo con la decisión adoptada en los “calendarios comunes”.

Empresas

Lamentablemente, nuestro estudio del año pasado sobre la acción y divulgación climática de las grandes empresas, reveló que solo el 19 % de las empresas del FTSE 100 habían establecido objetivos a largo plazo de reducción de emisiones para cumplir con el propósito de cero emisiones. Además, solo el 3 % de las empresas tenía un objetivo a largo plazo de reducción de emisiones alineado con limitar el calentamiento global a 1,5°C, al igual que la mayoría no tenía previsión de implementar planes de captura. Como podemos observar, existe un claro desajuste entre los compromisos y los efectos reales, lo que refuerza la importancia de establecer objetivos creíbles y con base científica para guiar y acelerar las transformaciones necesarias.

En los resultados de nuestro próximo informe, esperamos ver más empresas con estrategias alineadas con el estándar corporativo Net-Zero, publicado por la iniciativa Science-Based Targets (SBTi). Esta norma exige la descarbonización profunda del 90-95% de las emisiones de aquí a 2050, un reto nada fácil. No obstante, el cumplimiento de este estándar no solo garantiza que los compromisos climáticos sean realizables y estén en línea con la ciencia climática más reciente, sino también que se puedan comunicar de manera transparente e inteligible a las partes interesadas a través de un nuevo marco común. Esperamos que el cero neto en 2022 evolucione de una gran promesa a algo que sea concreto de acuerdo con la ciencia climática, y que realmente allane el camino a seguir.

Hora de pasar a la acción climática – EcoAct en 2022

A pesar de las interrupciones propias del teletrabajo, un traslado de oficina y la migración a nuevos sistemas operativos, el 2021 y lo que llevamos de 2022 ha sido un periodo muy positivo para EcoAct. Nuestro fantástico equipo de EcoActores ha aumentado  a más de 300 integrantes en todo el mundo y, gracias a su dedicación y duro trabajo, ofrecemos un excelente nivel de servicio a nuestra creciente lista de clientes. Además, hemos abierto nuevas oficinas en Alemania, Italia, Marruecos y Canadá, lo que nos ha permitido acceder a nuevas y apasionantes zonas geográficas. En 2022, los planes de expansión siguen en marcha a nivel global aprovechando la estela de éxitos hasta la fecha.

Igualmente, el año pasado, EcoAct se integró formalmente con nuestra empresa matriz, Atos. Esto nos brinda ahora la oportunidad de hacer crecer realmente nuestros servicios y responder a la creciente demanda, a medida que cada vez más empresas implementan objetivos de cero neto. De la misma forma, ahora  estamos creando nuevas alianzas  con nuestros compañeros de Atos para desarrollar y ofrecer tanto productos como servicios digitales que permitan a las empresas acelerar su descarbonización y alcanzar sus ambiciones climáticas.

Finalmente, a pesar de estos tiempos de incertidumbre, me siento bastante positivo de cara a los próximos años. Como experto en materia del clima, conozco el terrible riesgo que el cambio climático representa para el planeta. Sin embargo, siendo optimista por naturaleza, considero también que el aumento de la conciencia pública en torno al clima, el cambio de las prioridades empresariales y el desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones digitales son enormes pasos hacia nuestro objetivo global de alcanzar las cero emisiones netas.

 

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